En busca de la felicidad

Estoy seguro de que todos alguna vez han experimentado la alegría de soplar burbujas. (Sople las burbujas a los niños). ¿No te parece curioso que algo tan sencillo pueda hacer feliz a tantas personas? ¡Esto no sólo hace felices a los niños! He visto a adolescentes y adultos reírse y divertirse soplando burbujas e intentando atraparlas.

Sólo hay un problema con la felicidad que produce soplar burbujas: ¡no es duradera! En el momento en que extiendes la mano y tocas una de las burbujas, estallará. (Sople burbujas y pídale a los niños que intenten tocarlas). Muchas veces perseguimos la burbuja, pero siempre está fuera de nuestro alcance y, en cuanto toca el suelo, la burbuja desaparece.

¿No te parece que esto también es verdad para muchas personas en la actualidad? Muchos persiguen la felicidad, pero al igual que las burbujas, la felicidad siempre está justo fuera de su alcance. O, justo cuando creemos que la tenemos, nuestra burbuja puede estallar. ¿Cuáles son algunas de las cosas que las personas creen que los harán felices, pero que en realidad pueden fracasar? (Haga una pausa para escuchar las respuestas).

El dinero: (Sostenga el dinero). Muchas personas creen que el dinero los hará felices, pero no es así. Una vez que lo gastas, desaparece, y sigues sin ser feliz.

La comida: (Sostenga la comida). Algunas personas buscan la felicidad en la comida. Comen porque están tristes o deprimidos y creen que la comida les hará sentirse mejor. No es así. Después de comer, siguen siendo infelices.

Entretenimiento: (Sostenga el control de un videojuego). Mucha gente cree que hacer cosas divertidas es lo mismo que ser feliz, pero no es así. Muchas veces, las personas que ríen por fuera están llorando por dentro.

La popularidad: Algunas personas creen que ser populares entre los demás los hará felices. Harán cualquier cosa o dirán cualquier cosa para agradar a los demás, pero la popularidad no es duradera. Hoy está aquí y mañana se va. No hay felicidad duradera en la popularidad.

Jesús sabía que las personas suelen buscar la felicidad en los lugares equivocados. Incluso dijo que podríamos ser más felices si fuéramos pobres, hambrientos, lloráramos y le cayéramos mal a los demás. ¿Por qué Jesús diría algo así?

Cuando somos pobres, podemos confiar en que Dios nos proporcionará todo lo que necesitamos, en lugar de depender de nuestra propia riqueza.

Cuando tenemos hambre de Dios y de Su justicia, nos damos cuenta de que sólo Él puede satisfacer nuestra hambre.

Cuando lloramos, podemos confiar en Dios para que nos consuele y alivie nuestro dolor.

Cuando pensamos que no tenemos amigos, tenemos un amigo en Jesús. Jesús es el amigo que nunca nos abandonará.

Todos queremos ser felices, ¿verdad? No pases tu tiempo persiguiendo burbujas. Mira a tu Padre Celestial. Él es la fuente de la verdadera felicidad.

Amado Padre, ayúdanos a recordar que nunca podremos encontrar la felicidad en aquello que el mundo nos ofrece. La verdadera felicidad la encontramos cuando seguimos a Jesús. Amén.