Una celebración de cumpleaños

 ¡Hoy vamos a hacer una fiesta! Déjame enseñarte lo que traje para celebrar esta fiesta. (Sostenga los regalos de cumpleaños, las velas y los globos). ¿Puedes adivinar qué tipo de celebración vamos a hacer? Por supuesto: una fiesta de cumpleaños. Ahora bien, puede que el cumpleaños de alguno de ustedes sea pronto, pero ese no es el cumpleaños que estamos celebrando. Hoy vamos a celebrar el cumpleaños de la Iglesia. El día en que la iglesia nació. Lo llamamos el día de Pentecostés y es cuando recordamos el día en que Dios envió el Espíritu Santo a su pueblo, tal como Jesús había prometido que haría.

Estos artículos para fiestas de cumpleaños nos ayudarán a recordar lo que ocurrió en la Iglesia el día de Pentecostés. También nos recordarán que el Espíritu Santo sigue presente en la Iglesia hoy en día.

Los globos le dan un toque genial a cualquier celebración, pero, como puedes ver, estos globos están desinflados y sin vida. Necesitan ser inflados. Necesitan que alguien les dé un poco de vida. (Infle los globos). La Biblia nos dice que el día de Pentecostés, los seguidores de Jesús estaban todos juntos en un mismo lugar cuando, de repente, oyeron un sonido que venía del cielo, como un viento poderoso que corría y llenaba toda la casa. (Saque el aire de un globo para que los niños puedan oír el sonido de la ráfaga). Hoy estamos aquí esperando que el Espíritu Santo llene este lugar y le dé nueva vida a la Iglesia de Jesucristo.

Como todo buen pastel de cumpleaños, necesitamos velas. (Muestre las velas). Más tarde, encenderemos las velas y recordaremos que el día de Pentecostés lenguas de fuego cayeron y se posaron sobre cada una de las personas que estaban en ese lugar y fueron llenas del Espíritu Santo. Empezaron a hablar en otras lenguas según el Espíritu les daba capacidad. Al igual que en el día de Pentecostés, necesitamos que el Espíritu Santo venga a encender nuestro fuego y nos dé el poder de hacer cosas que den gloria a Dios.

¿Qué es una celebración de cumpleaños sin regalos? (Muestre los regalos). El día de Pentecostés, el Espíritu Santo le regaló a la iglesia primitiva los dones del perdón, la verdad y una nueva vida. El Espíritu Santo nos ofrece esos mismos dones hoy. Nos guía a la verdad, nos perdona y nos enseña a vivir nuestra vida en Jesús. 

Al celebrar el nacimiento de la Iglesia, recordemos que el Espíritu Santo sigue vivo y actúa en nosotros hoy, como lo hizo en la gente de la iglesia primitiva. 

Amado Padre, Te damos las gracias por haber enviado al Espíritu Santo. Ayúdanos a recordar que el Espíritu Santo sigue llenando la iglesia de poder hoy, como lo hizo el día de Pentecostés. En el nombre de Jesús oramos, Amén.