Sermon

El Padre Nuestro

Theme

La oración del Padre Nuestro

Object

Un teléfono y/o un afiche de la oración del Padre Nuestro.

Scripture

Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. Mateo 6:9-13 (RSV1960)

No sé si te pasa a ti, pero cuando hablo con alguien en el teléfono, a veces me da trabajo pensar lo que debo decir. A veces llamo a una persona y al ella contestar dice: “Hola”.

Normalmente digo: “Hola, es (mi nombre), ¿cómo estás?

La persona contesta: “Yo bien, ¿y tú?”

Yo respondo, “Estoy bien, gracias”.

Y ahí es que se me hace difícil pensar lo que decir. ¿Te ha pasado esto alguna vez?

¿Sabes?, la oración se parece un poco a llamar a Dios por teléfono. Decimos: “Hola, Dios” y entonces se nos hace difícil saber que decir después.

Si estamos orando antes de ir a la cama, podemos decir algo como, “Me voy a acostar, Jesús. Permítele a tus ángeles cuidar de mí estando a mi alrededor, amén.”

O, si estamos haciendo una oración antes de comer, podemos decir: “Querido Dios, gracias por estos alimentos.”

Jesús sabe que, en ocasiones, podremos tener dificultad para saber como orar. Por eso es que nos dio un ejemplo de como podemos orar. Es la oración que conocemos como “El Padre Nuestro.” ¿La conoces? De ser así, ¿la puedes repetir conmigo? Va de esta manera (si tienes un afiche, levántalo para que puedan leerlo).

“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.

Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.

Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.

Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”.

Esta es una oración maravillosa, ¿no crees? Jesús la dio como un ejemplo para que pudiéramos saber qué decir cuando le hablamos a nuestro Padre Celestial.

Oremos.

Padre Celestial, estamos agradecidos por el ejemplo que Jesús nos dio para que aprendamos a orar. Ayúdanos a entender que al orar estamos hablando contigo, dándote gracias por todo lo que haces por nosotros, pidiéndote que nos dirijas en nuestra vida día a día y compartiendo contigo lo que tenemos en nuestras mentes. En el nombre de Jesús oramos, Amén.