Sermón

Llevando las Buenas Nuevas

Tema

Contándole a otros de Jesús

Objetos

Un periódico

Escritura

"Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: El reino de los cielos está cerca" (Mateo 10:7 - NVI).

Sermon para niños: Llevando las Buenas Nuevas (Mateo 10:7)

¿Has leído alguna vez el periódico? Yo lo leo todos los días. Así es como me mantengo al día de lo que está pasando en el mundo. Todas las mañanas, antes del desayuno, voy a la puerta del frente de mi casa y cojo el periódico que ha sido traído por una persona cuyo trabajo es el llevar las noticias.

Cuando abro mi periódico, lo primero que miro es la portada. Ahí es donde escriben lo más importante. Después, busco la página de deportes. Me agradan los deportes y me gusta ver si mis equipos favoritos ganaron. Algunas veces lo hacen y otras no. Finalmente, voy a mi parte favorita: ¡las tirillas cómicas! ¿Por qué lo hago a lo último? Bueno, en ocasiones algunas de las noticias no son muy buenas, así que ¡me gusta terminar de leer el periódico con una sonrisa! ¿Sabes?, no conozco a la persona que me trae el periódico. Él o ella se levanta muy temprano en la mañana cuando aún yo estoy durmiendo, enrolla los periódicos y va alrededor del pueblo llevando las buenas nuevas o buenas noticias.

La persona que entrega el periódico a mi puerta cada día me ayuda a comenzar el día con una sonrisa. Sabes, ni siquiera conozco a esa persona. Él o ella se levanta muy temprano por la mañana mientras todavía estoy dormido, enrolla los periódicos y conduce por toda la ciudad entregando las noticias.

La Biblia nos dice que Jesús viajó por todos los campos. Fue a muchos pueblos y villas, y dondequiera que iba veía a muchas personas que estaban perdidas y necesitando ayuda. Esto le rompía el corazón. Un día, se giró hacia sus seguidores y les dijo: "Hay muchos que necesitan ayuda, pero no hay suficientes que estén prestos a ayudarlos. Arrodíllense y oren para que el Señor envie trabajadores para ayudarles".

Cuando hubieron terminado de orar, Jesús llamó a doce de sus seguidores para que le siguieran. "Vayan", les dijo, "sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios". ¿Sabes que más le dijo Jesús a sus discípulos? Les dijo: "Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: El reino de los cielos está cerca."

¡Uau! Esas son buenas nuevas (buenas noticias), ¿no es así? Piensa: "El reino de los cielos está cerca". No es un lugar inalcansable que tengamos que esperar demasiado tiempo para llegar a él. De hecho, puedes decir: "Está aquí…, ahora" (Juan 10:10) ¡Esas son unas buenas nuevas que todos deben escuchar!

Mi repartidor de periódicos ha sido encargado de entregar las noticias. Cuando salgo a recoger mi periódico, espero que esté allí. Si el repartidor no hace su trabajo, yo no recibo las noticias. Así como Jesús llamó a los doce para entregar la buena nueva, también nos ha llamado a ti y a mí para entregar la buena nueva. Si no hacemos nuestro trabajo, alguien no recibirá la buena nueva hoy.

Jesús envió a los doce, y ellos salieron a hacer lo que Jesús les pidió que hicieran. Fueron de pueblo en pueblo, sanando a la gente y compartiendo la Buena Nueva. No tenían periódicos ni internet para ayudarles a difundir la palabra, pero tenían algo aún mejor: el poder de Dios trabajando a través de ellos. Pudieron hacer cosas increíbles porque creían en Jesús y confiaban en él para guiarlos.

Mientras viajaban, conocieron a muchas personas curiosas acerca de Jesús y su mensaje. Contaron historias de cómo Jesús había cambiado sus vidas y cómo él también podía cambiar las vidas de otros. Hablaron acerca de cómo Jesús era amigo de todos, sin importar quiénes eran o de dónde venían. Compartieron la Buena Nueva de que Dios los amaba y quería que fueran parte de su familia.

Pero no todos estaban contentos de escuchar la Buena Nueva. Algunas personas no querían creer en Jesús ni cambiar sus formas. Tenían miedo de lo que significaría para ellos si seguían a Jesús. Pero los doce discípulos no dejaron que eso los detuviera. Sabían que compartir la Buena Nueva era demasiado importante para abandonarla, incluso cuando era difícil.

Mientras los discípulos continuaban su viaje, vieron cada vez más personas creer en Jesús. Vieron vidas cambiadas y corazones llenos de amor. Sabían que estaban haciendo una diferencia en el mundo al compartir la Buena Nueva, y eso los llenaba de alegría.

Ahora, podrías estar pensando: "Esa es una gran historia, pero ¿qué tiene que ver conmigo?" Bueno, al igual que los doce discípulos, Jesús nos ha llamado a cada uno de nosotros a compartir la Buena Nueva con los demás. Es posible que no podamos sanar a los enfermos o resucitar a los muertos, pero aún podemos compartir el amor de Jesús con todas las personas que conozcamos.

Podemos empezar siendo amables y atentos con las personas que nos rodean. Podemos ayudar a aquellos que están sufriendo y ser amigos de aquellos que están solos. Podemos compartir nuestras propias historias de cómo Jesús ha cambiado nuestras vidas y cómo él también puede cambiar las vidas de otros. Y lo más importante, podemos orar por aquellos que aún no conocen a Jesús, pidiéndole a Dios que abra sus corazones a su amor.

Jesús envía a los doce, y también nos envía a cada uno de nosotros. Tenemos un trabajo especial que hacer, y depende de nosotros asegurarnos de que todos tengan la oportunidad de escuchar la Buena Nueva. Puede que no siempre sea fácil, pero con Jesús a nuestro lado, nosotros podemos hacer la diferencia en el mundo.

Así que, la próxima vez que cojas un periódico o leas una historia en línea, recuerda que tienes tus propias noticias que compartir: la Buena Nueva de Jesús. No te lo guardes para ti mismo; compártelo con todos los que conozcas. Y al hacerlo, estarás siguiendo los pasos de los doce discípulos, difundiendo el amor de Jesús y cambiando el mundo, un corazón a la vez.

Padre, no hay mejor noticia que la buena noticia de que nos amas y enviaste a tu Hijo para que tengamos vida y la tengamos en abundancia. Ayúdanos a compartir fielmente esa buena noticia con los demás. Amén.