Sermón

Mantén tus ojos en Jesús

Tema

Si vamos a seguir a Jesús, necesitamos mantener nuestros ojos puestos en él.

Objetos

Una bola (Quizás suficientes bolas para que los niños puedan tirárselas unos a otros más tarde.)

Escritura

Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: —¡Señor, sálvame! (Mateo 14:30-NVI).

¿Cuántos juegos, que tú recuerdes, usan una bola? (Espere por la contestación. Si no contestan puede nombrar algunos.) Veamos: fútbol, baloncesto, pelota, voleibol, críquet, rugby, golf, tenis, ping-pong, y otros. Puedes simplemente jugar el juego de tirar y recibir la bola con tus amigos. ¿Sabes lo que es más importante recordar cuando juegas cualquier juego que utilice una bola? Tienes que mantener tus ojos en la bola. Si no mantienes tu mirada en la bola, tratarás todo el tiempo de darle o agarrarla sin lograr hacerlo, o peor, ¡puedes terminar con un ojo morado!

En nuestra lección bíblica de hoy Simón Pedro, uno de los discípulos de Jesús, aprendió una magnífica lección acerca de la importancia de mantener sus ojos en la bola. Bueno, realmente aprendió una magnífica lección acerca de la importancia de mantener sus ojos ¡en Jesús!

Jesús y sus discípulos habían tenido un día muy atareado. Jesús le había estado hablando a una gran multitud y sanando muchos enfermos. Sus discípulos habían estado distribuyendo comida a una gran cantidad de personas, más de 5,000 hombres, mujeres y niños. Estaban muy cansados. Jesús le dijo a sus discípulos que se subieran al bote y fueran al otro lado del lago de Galilea. Envió a la gente a sus hogares y se fue a un lugar tranquilo para estar solo y orar.

Más tarde en la noche, estando el barco a una distancia considerable de la orilla, vino un viento fuerte y las olas movían fuertemente al barco. Jesús fue hacia el barco caminando sobre el agua. Cuando los discípulos lo vieron tuvieron miedo.

"¡Es un fantasma!" - gritaron.

Pero Jesús les dijo, "¡No tengan miedo! ¡Cálmense! Soy yo."

Pedro, llamándole le dijo, "Señor, si eres tú, mándame que vaya a donde ti caminando sobre el agua."

"Ven" - dijo Jesús.

Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: —¡Señor, sálvame!

Enseguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, le preguntó: - "¿Por qué dudaste?"

¿Por qué crees que Pedro comenzó a hundirse? Así es, comenzó a mirar a su alrededor y percatarse de la situación en que se encontraba quitando su mirada de la figura de Jesús. Mientras estuvo mirando a Jesús, estuvo caminando bien, pero tan pronto quitó su mirada de Jesús, comenzó a hundirse. Tú y yo podemos encontrarnos en situaciones difíciles en nuestra vida. Mientras mantengamos nuestros ojos en Jesús y pongamos nuestra confianza en él, estaremos bien. Pero, cuando quitemos nuestra mirada de la figura de Jesús y pongamos nuestra confianza en nuestra habilidad, nos hundiremos.

Querido Señor Jesús, cuando las tormentas de nuestra vida se acerquen y estemos en situaciones difíciles, ayúdanos a recordar el mantener nuestros ojos, nuestra fe y nuestra confianza en ti. En tu nombre oramos. Amén.