Sermón

Resistiendo la tentación

Tema

Cristo resistió la tentación y nosotros podemos hacerlo también.

Objetos

Un tazón de dulces

Escritura

"Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto. Allí estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo. No comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre" (Lucas 4:1-2 NVI).

Había un tazón de dulces parecido a este en la mesa del centro de la sala de María. La mamá notaba que María miraba los dulces y decía: "Mira, no comas dulce ahora, espera a después de la cena porque de lo contrario perderás el apetito." Los dulces se veían apetitosos y la tentación era grande. María pensó: "De seguro que un dulce no me hará daño y mamá no se percatará de la diferencia."

¿Has tenido alguna vez una experiencia como ésta? Te contaré otra historia que puede serte familiar.

"Guarda tus libros, coge un papel y lápiz," dijo el maestro. "Tomaremos el examen de ortografía de esta semana." Juanito comenzó a sentir un vacío en su estómago. Él sabía que el examen iba a tener lugar hoy, pero estuvo viendo la televisión la noche anterior en lugar de estudiar y, por consiguiente, no estaba listo para el mismo. Cuando comenzó el examen, Juanito miró a su alrededor y se percató de que podía ver el examen de Sarita. "Creo que no me hará daño el mirar al papel de Sarita esta vez," Juanito pensó. "Prometo que no lo volveré a hacer y nadie tendrá que saberlo."

Todos nos hemos enfrentado a tentaciones parecidas, ¿no es así? ¿Sabías que Jesús fue tentado de la misma manera que nosotros? La Biblia nos dice que Jesús fue llevado por el Espíritu Santo al desierto donde fue tentado por el diablo durante cuarenta días. ¿Sabes lo que hizo Jesús cuando Satanás lo tentó? ¡Le contestó usando la Escritura!

Jesús no había comido por cuarenta días. Tenía hambre y el diablo sabía que estaba hambriento, así que le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, dile a estas piedras que se conviertan en pan."

Jesús fácilmente pudo haber hecho lo que el diablo le decía. En lugar de eso, Jesús le respondió: "Escrito está: No sólo de pan vive el hombre."

Entonces el diablo lo llevó a un lugar alto y le mostró en un instante todos los reinos del mundo. "Sobre estos reinos y todo su esplendor, le dijo, te daré la autoridad, porque a mí me ha sido entregada, y puedo dársela a quien yo quiera. Así que, si me adoras, todo será tuyo."

Jesús le contestó: "Escrito está: Adorarás al Señor tu Dios, y a Él sólo servirás."

El diablo lo llevó luego a Jerusalén e hizo que se pusiera de pie en la parte más alta del templo, y le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, ¡tírate de aquí! Pues escrito está: Ordenará a sus ángeles que te guarden con cuidado; te sostendrán en sus manos, para que no tropiece tu pie con piedra alguna."

"También está escrito: No pongas a prueba al Señor tu Dios," le replicó Jesús.

¿Sabes lo que hizo el diablo? ¡Se dio por vencido y lo dejó hasta otra oportunidad!

Deseo que cada uno de ustedes tome un dulce de este envase. No tienen que esperar hasta después de cenar, pero mientras se lo comen, deseo que piensen en lo que hemos aprendido en la historia bíblica de hoy. El diablo tentó a Jesús como nos tienta a ti y a mí. Jesús resistió la tentación de Satanás, y nosotros podremos resistirla también contestándole con la Escritura.

Amado Padre, ayúdanos a aprender lo que la Biblia nos enseña a hacer cuando el diablo nos tiente y que hagamos lo que Jesús hizo—contestarle con la Escritura. En el nombre de Jesús oramos. Amén.