Sermon

De camino a Emaús

Theme

Jesús se revela a sus discípulos

Object

Una venda para cubrir los ojos de cada niño

Scripture

Lucas 24:30-31

Sermon para niños: De camino a Emaús (Lucas 24:30-31)

Invite a varios jóvenes o adultos (si son líderes de la iglesia mejor) a la clase. Pídale a los invitados que digan: — Ustedes no lo van a creer, pero dos hombres estaban hablando con alguien a quien no reconocieron. (Mantenga a sus invitados lejos para que los niños no los vean antes de tiempo).

Colóquele una venda a cada niño. Si hay algunos niños que se sienten incómodos con la venda, pídales que cierren los ojos.

Nuestra lección bíblica de hoy cuenta una historia increíble sobre un día en que alguien importante caminó y habló con algunos hombres de camino a Emaús, pero ni siquiera lo reconocieron. Veamos cómo fue ese encuentro para los hombres que iban camino a Emaús.

Uno por uno, haga que sus invitados digan, — No lo van a creer, pero dos hombres estaban caminando y hablando con alguien a quien no reconocieron. Después de que cada invitado diga esa frase, permita que los niños adivinen quién es con sólo escuchar su voz. Si un niño adivina bien, se le quita la venda de los ojos. Después de que todos los invitados hayan tenido un turno, invite a los niños a quitarse la venda. Dígales que tengan las vendas listas para colocárselas sobre los ojos cuando se les dé la instrucción.

Esto es lo que el hombre especial les dijo: — ¿Les resulta tan difícil creer en lo que escribieron los profetas en las Escrituras? Los profetas predijeron que el Mesías tendría que sufrir todas estas cosas antes de entrar en su tiempo de gloria. ¿Tienes alguna idea de con quién estaban hablando en el camino ese día?

(Permita que los niños adivinen con quiénes hablaban los hombres en el camino).

Si han escuchado esta historia antes, sabrán que los hombres estaban hablando con Jesús aunque no se dieran cuenta. Para algunos de ustedes, fue fácil adivinar quiénes eran nuestros invitados especiales hoy, pero para otros fue difícil.

Estos hombres en la carretera acababan de pasar por un momento difícil. Sabían que Jesús había sido crucificado, así que ellos jamás pensarían que Jesús era el hombre que se habían encontrado en el camino. Jesús tuvo que abrirles los ojos para ver que era Él. (Lucas 24:30-31)

Guíe a los niños para que se tapen los ojos con una venda. Pídales que se quiten la venda de los ojos cuando diga, — abran los ojos — durante la oración.

Dios, gracias porque Jesús murió por nuestros pecados. No sólo murió, sino que venció a la muerte y resucitó. Gracias porque Jesús está vivo y trabajando en el mundo en este tiempo. ¡Abre nuestros ojos porque queremos ver a Jesús! En el nombre de Jesús oramos, amén.