Sermón
Jesús es nuestro salvavidas
Tema
Hay salvación en Jesús.
Objetos
Un flotador
Escritura
Juan 3:1-17
Actividades + recursos
Muchas personas disfrutan andar en bote, la pesca, la vela y el piragüismo. Ya sea en lagos, ríos o en el océano, es importante tener un flotador. Un dispositivo que flote puede ser un chaleco salvavidas o lo que algunos llaman un salvavidas. Son importantes incluso para los buenos nadadores, ya que si ocurre un accidente, un dispositivo de flotación como un chaleco salvavidas puede salvarte la vida. (Invite a los niños a que cuenten brevemente las veces que han utilizado flotadores).
Una vez oí una historia sobre unas personas que fueron a pescar a un gran lago. Antes de salir, todos tenían sus chalecos salvavidas y estaban listos para salir... pero, había uno que no quería ponerse el salvavidas. Pues bien, cuando fueron a ese gran lago, empezó una tormenta. El viento sopló. (Pídale a los niños que hagan sonidos de viento). Y las olas golpearon la barca. (Pídale a los niños que hagan sonidos de olas). Llegaron a ser tan altas que volcaron la barca. (Pídale a los niños que griten). Las personas que llevaban chalecos salvavidas llegaron a la orilla y se salvaron. Pero el hombre que no quiso ponerse el chaleco salvavidas se ahogó.
¿Qué piensas de lo que ocurrió en esta historia?
El hombre podría haberse salvado si hubiera elegido usar el chaleco salvavidas que tanto necesitaba. Esta historia me recuerda algo que nos dice la Biblia. Dice: "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna". Jesús es nuestro chaleco salvavidas. Dios lo envió a la tierra para salvarnos. Mediante Su muerte y resurrección podemos ser perdonados y tener vida eterna con Dios. Todo lo que tenemos que hacer es creer y aceptar a Jesús como nuestro salvador. Seguiremos pasando por tormentas, pero cuando lo hagamos, tendremos nuestro chaleco salvavidas: Jesús es nuestro salvavidas.
Es una tontería estar en el mar sin chaleco salvavidas, pero es aún más tonto intentar navegar por el mar de la vida sin Jesús.
Amado Dios, sé que enviaste a Jesús a morir en la cruz para salvarnos. Te ruego que todos y cada uno de los presentes hoy se aferren a la única cosa que nos puede salvar: Jesús, nuestro Salvador. En el nombre de Jesús, amén.