Sermón

Una lección sobre el perdón

Tema

"Perdonando a otros como somos perdonados"

Objetos

Ninguno es necesario

Escritura

"Luego se volvió hacia la mujer y le dijo a Simón:—¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me diste agua para los pies, pero ella me ha bañado los pies en lágrimas y me los ha secado con sus cabellos. Por esto te digo: si ella ha amado mucho, es que sus muchos pecados le han sido perdonados. Pero a quien poco se le perdona, poco ama" (Lucas 7:44, 47 - NVI).

¿Alguna vez has hecho algo que no has debido hacer? ¿Te sentiste mal luego de hacerlo? (Puedes contar una historia personal o usar la mía...) Recuerdo una ocasión cuando estaba en un campamanto de verano de la escuela elemental, que comencé, con otra niña, a burlarme de otra que venía de otro campamento. ¡No sabía que la niña de la cual me burlaba estaba justo detrás de mí y que escuchó todo lo que dije! Me sentí horrible y nada de lo que hiciera podría mejorar la situación. Algunas veces cometemos errores en nuestra vida de los cuales nos arrepentimos. A veces, aunque cometemos la falta y nos arrepentimos, no tratamos de arreglar la situación. No asumimos la responsabilidad por lo que hicimos. Responsabilidad es una palabra bien grande. ¿Alguien sabe lo que significa? En este caso significa que en lugar de dar excusas por lo que hacemos mal, como "ella me hizo hacerlo" o "es culpa de él", admitimos que hemos cometido un error y luego tratamos de mejorar la situación o arreglarla.

Hoy estamos leyendo una historia bíblica acerca de una mujer que hizo algunas cosas males en su vida. No dice los que fueron, eso no es lo importante, pero sabemos que ella estaba muy arrepentida. De hecho, se sintió tan mal que fue a ver a Jesús en la casa de una persona, ¡aún cuando no estaba invitada! Me pregunto cómo se sintió. No conocía a nadie; las personas que estaban en la casa no deseaban verla allí y ¡se estaba reuniendo con Jesús! ¡Me imagino que debió sentirse muy poco importante y tendría miedo. ¡No sólo ella fue a esa casa, sino que se arrodilló cerca de Jesús y le lavó sus pies CON SUS LÁGRIMAS! Luego los enjuagó con perfume.

Te puedes imaginar cómo se sintieron las personas que estaban en la casa. ¡Uno de ellos se molestó con ella y con Jesús! Simón, el fariseo, no creía que Jesús debía permitirle a ella eso. Pero Jesús no solo la dejó, sino que le dijo que sus pecados, todas las cosas malas que había hecho en su vida, eran perdonados. Pudo salir de esa cosa contenta y con un corazón lleno de paz.

Hay muchas lecciones que podemos aprender de esta historia, pero veamos dos de ellas solamente. Primeramente, la persona hizo algo mal y deseaba corregirlo. Esto es algo que Jesús desea que hagamos. Si hacemos algo mal, ¿qué podemos hacer para corregirlo? ¿Cuáles son algunas de las cosas que podemos hacer para corregirlo? (pedirle a la persona que nos perdone, pedirle a Dios que nos perdone, decir "Lo siento" a la persona, arreglar lo que rompimos, hacer lo que se nos olvidó hacer, etc.).

Lo otro que necesitamos aprender de esta historia es la manera en que Jesús reaccionó. ¿Sacó Jesús a la mujer? ¿Dijo: "Hiciste algo malo, apártate de mí"? ¿Qué hizo Jesús? Él permitió que se quedara, le permitió que pidiera perdón y luego la perdonó. Es importante que hagamos lo mismo.

Oremos: Dios celestial, cuando nos equivocamos, ayúdanos a pedir perdón y tratar de corregir la situación. Ayúdanos también a perdonar las personas que nos hieren. En el nombre de Jesús, amén.

Sermón y activitidades por Laurie Juarez