Sermón

La Fuente de Poder

Tema

El Espíritu Santo es nuestra fuente de poder

Objetos

Un radio portátil pequeño, un tocacintas con un casete o un CD player con un CD

Escritura

"De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre" (Juan 14:12 - NVI). "Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen" (Hechos 2:4 - NVI).

Me encanta escuchar música. Cuando salgo a caminar me gusta llevar mi iPod para gozar al escuchar la música según camino. El escuchar música por las noches, antes de dormir, me relaja. El escuchar música cuando estoy trabajando en el patio me ayuda a no pensar mucho en el trabajo.

Algunos de ustedes pueden tener un radio portátil, un reproductor de discos compactos (CD player) o un iPod. Si lo tienen entonces saben que para poder escuchar música, hay que colocar baterías en él. Las baterías le dan el poder que cada uno de estos aparatos necesita para reproducir la música. Sin baterías, ninguno de ellos puede hacerlo. Sin baterías, no tienen el poder de desempeñar la función para la cual fueron creados.

Antes de que Jesús regresara al cielo para estar con su Pade, les dijo a sus discípulos que ellos harían cosas mayores a las que él había hecho mientras estuvo en la tierra. Ahora, Jesús hizo unas cuantas cosas maravillosas, ¿no? Sanó enfermos. Convirtió el agua en vino. Les dio vista a los ciegos y los cojos pudieron caminar. ¿De dónde iban a sacar los discípulos el poder que necesitaban para hacer estas grandes cosas? Jesús les prometió que le pediría al Padre que les enviara el Espíritu Santo y que el Espíritu Santo les daría el poder para hacer cosas grandes y maravillosas.

Y así aconteció. Ocurrió lo que Jesús les había dicho. En el día que conocemos como Pentecostés, los discípulos estaban reunidos en un solo lugar. La Biblia nos dice que se escuchó un estruendo del cielo como de fuerte viento y llenó el lugar donde se encontraban reunidos los discípulos. Entonces, se posaron llamas de fuego sobre cada uno de ellos. Cuando estas cosas pasaron, los discípulos fueron llenos de poder del Espíritu Santo y comenzaron a predicar y enseñar acerca de Jesús. Ellos pudieron hacer cosas que no habían hecho anteriormente gracias al Espíritu Santo en ellos.

¿Sabías que tú y yo tenemos esa misma fuente de poder disponible hoy? La Biblia dice que "todos aquellos que son dirigidos por el Espíritu son hijos de Dios". Nosotros, que somos los hijos de Dios, tenemos el poder de hacer cosas grandes y maravillosas, no por nuestra propia fuerza, sino por el poder del Espíritu Santo que está en nosotros.

Amado Padre, oramos que seamos llenados con el poder del Espíritu Santo tal como lo fueron los discípulos en el día de Pentecostés. En el nombre de Jesús oramos, amén.