Desayuno en la playa

Prepárese: Dibuje o encuentre e imprima cada una de las siguientes imágenes en un pequeño trozo de papel: (1) un grupo de amigos hombres, (2) un barco, (3) un montón de peces, (4) un salpicón de agua y (5) una hoguera. Coloque cada imagen dentro de un huevo distinto. Utilice el marcador permanente para escribir números en los huevos con imágenes dentro, siguiendo el esquema numérico anterior. A continuación, coloque una pegatina dentro de cada huevo, excepto en los huevos numerados. Guarde las pegatinas que sobren.

Siga las siguientes instrucciones: (Pídale a los niños que se sienten en un círculo). Vamos a ver qué podemos pescar hoy. (Haga que los niños utilicen sus redes para intentar atrapar "peces" en el centro del círculo vacío). Por supuesto que no pescamos nada porque no había nada que pescar.

Eso me recuerda lo que la Biblia nos enseñará hoy. Durante la Pascua, Jesús había muerto y vuelto a la vida. Más tarde, los amigos de Jesús salieron a pescar para intentar subsistir.

Los amigos de Jesús pescaron toda la noche y no pescaron nada. Entonces, vieron a un hombre, sin saber que era Jesús, en la orilla. Jesús les gritó y les preguntó: "¿Han pescado algo?". No sabían que el hombre era Jesús, pero aun así lo escucharon cuando les dijo que echaran las redes de pescar a la derecha de la barca.

(Distribuya los huevos en la clase y dígale a los niños que "pesquen". Asegúrese de que todos pesquen al menos uno. Dígale a los niños que no abran los huevos).

¡Han pescado algo! Es como lo que les ocurrió a los amigos de Jesús. ¡Los amigos de Jesús pescaron 153 peces! (Mencione que hay números en algunos de los peces. Pídale al niño que tiene el pez número 1 que se acerque a usted. Explique que esa imagen simboliza que los amigos de Jesús estaban juntos. Repita la misma dinámica con los huevos dos y tres, invitando a los niños a que digan lo que creen que simboliza la imagen a partir de lo que han leído del pasaje bíblico hasta ahora).

Había tantos peces que los amigos no podían sacar la red del agua. Fue entonces cuando Pedro se dio cuenta de que Jesús era el hombre que les había estado hablando desde la orilla. (Pídale al niño con el huevo con el número cuatro que muestre la imagen del pez y diga lo que cree que simboliza).

Pedro estaba tan emocionado cuando se dio cuenta de que Jesús se les había aparecido de nuevo que se lanzó al agua y nadó hasta la orilla donde estaba Jesús.

El resto de los amigos llevaron la barca a la orilla. (Pídale al niño con el huevo número cinco que muestre la imagen y diga lo que cree que simboliza).

Jesús preparó el desayuno en una hoguera. Ese día, los amigos de Jesús recordaron que seguir a Jesús trae consigo grandes recompensas.

Creo que si abres tu "pez", ¡también encontrarás una recompensa! (Dé algún tiempo y dele una pegatina a los niños que tengan el pez numerado).

Los discípulos no solo vieron a Jesús, sino que pasaron tiempo con él y comieron un delicioso desayuno que Jesús les había preparado. Además, pudieron llevarse a casa los peces sobrantes. A Jesús le encanta ser tu amigo y cuando le seguimos, ¡cuida de nosotros y nos bendice de maneras asombrosas!

ORE CON LOS NIÑOS: Amado Padre, sabemos que, cuando seguimos a Jesús, tú nos bendices de maneras maravillosas. Ayúdanos a seguirte siempre. En el nombre de Jesús, amén.