Pasa la sal

Todo el mundo sabe lo que es la sal, ¿verdad? (Sostenga el salero). La usamos todos los días para que nuestra comida sepa mejor. Imagina que te comes una hamburguesa y unas patatas fritas sin sal. No tendría mucho sabor, ¿verdad?

Pero la sal tiene más usos además de darle sabor a nuestra comida. Se utiliza para fabricar más de 14.000 productos diferentes, algunos de los cuales utilizamos todos los días.

La sal se utiliza para fijar el tinte en los tejidos. Sin la sal, los colores brillantes que usamos hoy en día se desvanecerían rápidamente de nuestra ropa, haciéndola más aburrida y menos llamativa. (Pase la camisa alrededor).

La sal también se utiliza en la fabricación de cuero. Sin la sal, no tendríamos muchos de los productos de cuero que utilizamos a diario, como este cinturón. (Pase el cinturón).

La sal se utiliza para fabricar plástico. Sin la sal, no tendríamos muchos de los juguetes de plástico con los que jugamos. (Pase el juguete).

Las personas conocen la utilidad de la sal desde hace muchos años. Un grano de sal puede ser pequeño, pero es muy valioso. En una época, la sal era tan importante que a la gente se le pagaba con sal en lugar de dinero. 

Jesús conocía el poder de la sal en nuestras vidas. Incluso la utilizó para decirle a Sus seguidores cómo quiere que vivamos. Jesús dijo: “La sal es buena, pero, si deja de ser salada, ¿cómo le pueden volver a dar sabor? Que no falte la sal entre ustedes, para que puedan vivir en paz unos con otros”. 

Estamos llamados a ser sal en el mundo. Esto significa darle sabor a nuestro mundo con el amor de Jesús, y dejarnos guiar por Él para hacer del mundo un lugar mejor. 

Amado Dios, ayúdanos a sazonar nuestro mundo con Tu amor. Ayúdanos a hacer del mundo un lugar mejor. En el nombre de Jesús, amén.