Sermón
El canto de María
Tema
Cantando alabanzas gozosas a Dios
Objetos
Corona de Adviento
Escritura
"Entonces dijo María: Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador, porque se ha dignado fijarse en su humilde sierva. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí. ¡Santo es su nombre!" (Lucas 1:46-49 - NIV).
Actividades + recursos
Hoy es el cuarto domingo de Adviento, el último domingo antes de que celebremos el nacimiento de Jesucristo. ¿No ha sido un tiempo magnífico de celebración? Hemos tenido fiestas, decorado nuestros hogares, intercambiado tarjetas de Navidad y regalos con amigos y familiares. ¿Sabes lo que más me gusta de esta época? ¡La música! ¿Cuál es tu canción o himno favorito? ¿Es acaso "Al mundo paz, nació Jesús"? ¿"Noche de paz"? ¿"Allá en un pesebre"? O tal vez es una de las muchas otras canciones que utilizamos para demostrar nuestro amor al Salvador y el gozo que nos da. Cualquiera que sea tu canción favorita de Navidad, no creo que haya una manera mejor de expresar el amor y el gozo que sentimos durante esta época sino que a través de la música.
La Biblia nos dice que después que el ángel se le apareció a María diciéndole que iba a ser la madre del Salvador del mundo, ella fue con prisa a la casa de su prima Elizabet. Ella no podía callarse esta noticia. Cuando Elizabet se dio cuenta de lo que ocurría exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el hijo que darás a luz!"
María sintió tanta alegría que comenzó a elevar una alabanza gozosa a Dios y, aunque probablemente no la cantara, sus palabras han llegado a ser conocidas como "el canto de María" y muchos compositores le han puesto música. Esto es lo que María dijo:
"Mi alma glorifica al Señor,
y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador,
porque se ha dignado fijarse en su humilde sierva
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí.
¡Santo es su nombre!"
En este Cuarto Domingo de Adviento, prendemos la vela del amor. Unámonos a María en alabanza a Dios por las grandes cosas que ha hecho por nosotros. Nos ha enviado el regalo del amor, a su Hijo amado, para que podamos tener vida eterna.
Padre, te damos gracias por tu regalo de amor. Nos regocijamos con María por las cosas grandes que has hecho por nosotros. En el nombre de Jesús oramos. Amén.