La mujer del pozo

Sermon para niños: La mujer del pozo (Juan 4:5-34)

La mayoría de ustedes probablemente juega algún tipo de deporte. Levanten la mano si hacen deporte. (Pausa.) ¿Qué tipo de deportes practican? (Permita que los niños respondan.)

Ya sea que practiquen deportes o simplemente jueguen duro, sabemos que cuando hacemos ejercicio, es muy importante tomar muchos líquidos. (Déle a cada niño un vaso o una botella de agua. Dígale a los niños que cuando escuchen la palabra "agua", deben tomar un sorbo de agua).

La pregunta es: ¿Qué tipo de líquidos deberíamos tomar? 

Por supuesto que el agua ordinaria, (pausa) es una buena elección, pero cuando vas a la tienda, (Levanta la bebida deportiva) los estantes están llenos de todo tipo de bebidas deportivas, bebidas energéticas y agua con sabor (pausa). Es difícil saber cúal es la mejor opción.

El anuncio de una marca popular de bebida deportiva dice: "Esta bebida es mejor que el agua (pausa), el jugo o cualquier otra bebida". ¡Sacia tu cuerpo con lo que necesita! Te pone en marcha y te mantiene en marcha".

¡Increíble! Me han convencido, pero he notado una cosa: En todas las afirmaciones hechas por las bebidas deportivas, ni una sola vez han afirmado que si tomas su producto, NUNCA volverás a tener sed. Si alguien tuviera un producto que hiciera eso, realmente tendría algo increíble, ¿no? Bueno, ¡Jesús afirmó tener eso mismo!

Un día Jesús estaba caminando por un pueblo en Samaria. Tenía calor y estaba cansado, así que se sentó al lado de un pozo para descansar. Una mujer vino al pozo a buscar un poco de agua (pausa) y Jesús le preguntó si le podía de beber. La mujer se sorprendió de que Jesús le hablara porque los judíos no solían hablar con los samaritanos. 

¡Jesús le dijo que podía darle agua viva! (pausa)

Ella no entendía de qué hablaba Jesús, así que dijo: "Ni siquiera tienes nada para meter en el agua, (pausa) ¿cómo podrías darme agua viva?" (pausa)

Entonces Jesús dijo: "El que beba del agua (pausa) de este pozo volverá a tener sed, pero el que beba el agua (pausa) que yo le daré no volverá a tener sed jamás".

¡Impresionante! ¡Agua (pausa) que podría satisfacer tu sed para no volver a tener sed nunca más! Jesús no estaba hablando de nuestra sed de agua de un pozo. Él hablaba de nuestra sed de Dios. La Biblia nos enseña que en nuestro corazón tenemos sed por el Dios vivo. Y esa es una sed que sólo Jesús puede saciar. Así que cuando tenemos a Jesús en nuestro corazón, Él satisface nuestra sed de Dios y nunca más tendremos sed. ¡Jesús es la vida! ¡Toma de su agua!

Querido Señor, nos has dado a Jesús, el Agua Viva. Que tomemos de tu Agua Viva para que no volvamos a tener sed. En el nombre de Jesús, amén.