Sermón
Servimos como Jesús
Tema
Servimos a otros para ser como Jesús.
Objetos
Un hueso de pollo (hueso de los deseos) (alternativa: una rama parecida a un hueso de la suerte)
Escritura
Marcos 10:35-45
Actividades + recursos
Para algunas personas, lo mejor de cenar pollo es el "hueso de los deseos". Cuando terminas de comer, dos personas sujetan cada una un lado del hueso de los deseos, cierras los ojos y pides un deseo. Luego tiran del hueso de los deseos hasta que se rompe. Si consigues el trozo más grande, entonces se supone que tu sueño se hará realidad. (Si tiene un hueso de los deseos, permita que un niño y una niña lo intenten).
¿Has pedido alguna vez un deseo? A la cuenta de tres, di en voz alta lo que deseas: 1, 2, 3. (Haga una pausa para escuchar las respuestas).
A veces pedimos un deseo sin pensar en lo que pasaría si nuestro deseo se hiciera realidad.
¿Alguna vez has planeado hacer un picnic y ha llovido? Tal vez te sentaste a observar la lluvia y te quejaste en tus adentros: "Ojalá dejara de llover". ¿Y si ese deseo se hiciera realidad y realmente dejara de llover PARA SIEMPRE? No habría hierba, ni árboles, ni flores. Los ríos, los lagos y los arroyos se secarían, y toda la vida empezaría a desaparecer. Este mundo sería un lugar miserable si dejara de llover, ¿no es así?
Santiago y Juan eran dos hermanos discípulos de Jesús. Un día, los dos se acercaron a Jesús y le dijeron: "Maestro, queremos que hagas por nosotros todo lo que te pidamos".
"¿Qué quieren que haga por ustedes?" Respondió Jesús.
"En Tu glorioso Reino, queremos sentarnos en lugares de honor junto a Ti, uno a Tu derecha y el otro a Tu izquierda". Como ves, pensaban que Jesús iba a instaurar un reino terrenal, y querían sentarse junto a Él en el trono. Querían participar en su gloria y grandeza.
Jesús respondió: "No saben lo que piden". Luego explicó que quien quiera ser grande debe servir a todos los demás. Dijo: "Porque incluso yo, el Hijo del Hombre, no he venido a ser servido, sino a servir a los demás, y a dar mi vida en rescate por muchos".
No creo que ser un siervo fuera exactamente lo que Santiago y Juan deseaban.
A veces tú y yo podemos decir: "Ojalá pudiera ser más como Jesús". Pero, ¿es ese realmente nuestro deseo? Si realmente queremos que ese deseo se haga realidad, debemos vivir como siervos tal y como lo hizo Jesús. Sólo entonces podremos ser verdaderamente grandes y mostrar el amor de Dios al mundo.
Amado Dios, ayúdanos a no sólo decir que queremos ser como Jesús, sino a ser como Jesús. Por favor, muéstranos cómo convertirnos en un mejor servidor de los que nos rodean cada día. En el nombre de Jesús, amén.