Sermón
La Parábola de los Talentos
Tema
Usamos nuestros talentos para honrar a Dios.
Objetos
Caja de zapatos envuelta que se puede abrir; Fichas
Escritura
Mateo 25:14-30
Actividades + recursos
Antes de comenzar, escriba lo siguiente en tarjetas o fichas separadas: talentoso en deportes, cantante o músico talentoso, talentoso en la escuela, talentoso en arte, y talentos de baile/teatro.
Piensa en algunos de los dones o talentos especiales que Dios te ha dado. (Dele tiempo a los niños para responder). Miremos en mi caja de regalos para ver de qué estoy hablando. (Abra la caja de regalo y saque una tarjeta/ficha). Tal vez Dios te ha regalado un talento musical cómo cantar o tocar un instrumento. (Invite a los niños a cantar algunas notas, como "¡Do, Re, Mi!") A algunos de ustedes, Dios les ha dado habilidades atléticas que los hacen muy buenos en el deporte. (Invite a los niños a fingir que tiran una canasta). Tal vez tengan dones intelectuales; por eso les va muy bien en la escuela. (Haga que los niños hagan un libro con sus manos y pretendan leer). Algunos de ustedes pueden tener talentos artísticos y pueden pintar, dibujar o esculpir. (Haga que los niños finjan que pintan un cuadro). Algunos de ustedes pueden ser buenos en el baile o la actuación. (Invite a los niños a ponerse de pie y hacer un movimiento rápido de baile). ¡Veamos cuál es tu talento! Repite la acción que hicimos para la que creas sea tu mayor talento. (Haga una pausa para que los niños respondan). No importa qué regalos les haya dado Dios, sé que les ha dado a todos y cada uno de ustedes al menos un regalo o talento especial.
Cuando Dios les da un regalo, él espera que lo usen. No quiere que el regalo se desperdicie. Dios quiere que tomes ese don y lo uses para mostrarle a otros lo grande que es Él. De eso se trata nuestra lección bíblica de hoy.
En la Biblia, Jesús cuenta muchas parábolas. Las parábolas son historias que enseñan una lección. Hoy escucharemos la parábola de Jesús llamada "La parábola de los talentos".
La historia de Jesús comienza con un hombre que emprendió un largo viaje. Antes de irse, reunió a sus sirvientes y les dio a cada uno de ellos una parte de su riqueza para que la cuidaran mientras él no estaba. A uno le dio cinco bolsas de oro, a otro dos bolsas, y a un tercero le dio una bolsa. Luego se fue de viaje.
Mientras no estaba, el sirviente que tenía cinco bolsas de oro trabajó duro y duplicó sus cinco bolsas, así que terminó con diez bolsas de oro. El hombre con dos bolsas también dobló las suyas, así que terminó con cuatro. (Invite a los niños a aplaudirle al segundo hombre que usó sus talentos). Pero el sirviente con una bolsa cavó un agujero y enterró el dinero de su jefe. (Invite a los niños a hacer una señal con el pulgar hacia abajo).
Cuando el jefe regresó, le pidió a sus sirvientes que compartieran lo que hicieron con los regalos que les había dado. El jefe les dijo a los dos que doblaron sus bolsas, "¡Bien hecho! Porque has usado bien lo que te di, te daré mucho más."
Entonces el tercer sirviente le dijo al jefe: "Tuve miedo, así que tomé lo que me diste y lo escondí en el suelo para que estuviera seguro".
"¡Sirviente perezoso!" respondió el jefe. "Podrías al menos haber puesto el oro en el banco para que yo pudiera ganar un poco de interés por él". El jefe tomó el oro del sirviente y se lo dio al que más tenía. Entonces dijo: "A los que multiplican lo que se les ha dado, se les dará más. Pero a los que no hagan nada, se les quitará aún lo que se les ha dado".
A veces podríamos pensar que Dios no nos ha dado mucho talento. Incluso podríamos estar tentados a ocultar nuestro talento. Pero cuando usamos nuestro talento dado por Dios para alcanzar todo el potencial que Dios planeó para nosotros, ¡Él nos dará aún más!
Amado Dios, te damos gracias por los regalos que nos has dado a cada uno de nosotros. Oramos para que nos ayudes a ser fieles en el uso de estos dones para mostrarle a los demás lo maravilloso que eres. En el nombre de Jesús, amén.