Sermón

Toma tu cruz

Tema

Toma tu cruz y sigue a Jesús

Objetos

Una variedad de cruces

Escritura

Marcos 8:27-38

Tengo algo que mostrarte. (Sostenga una de las cruces). Sabes lo que es esto, ¿no? Claro que sí, es una cruz. (Muestre cada cruz, explique su función o singularidad y pásela para que los niños la miren).

Todos los días vemos cruces a nuestro alrededor. La gente las lleva como joyas, las cuelga en la pared, las usa como llaveros y, a veces, incluso se las tatúa en el cuerpo. Cuando pasas por una iglesia, es posible que veas una cruz en el tejado.

Un día, mientras Jesús y sus discípulos caminaban por una carretera, Jesús les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?".

Los discípulos respondieron: "Algunos dicen que Juan el Bautista o uno de los profetas".

"¿Y ustedes quién dicen que soy yo?" preguntó Jesús.

Pedro respondió: "Tú eres el Cristo, el Mesías".

Pedro tenía razón, pero Jesús le dijo que no dijera nada por el momento. Jesús dijo: "Es necesario que sufra muchas cosas terribles. Me arrestarán, me juzgarán y me matarán. Pero después de tres días resucitaré".

A Pedro no le gustó eso. Entonces, llamó a Jesús aparte y le dijo que dejara de hablar así.

Pero Jesús reprendió a Pedro. Le dijo: "Estás viendo las cosas desde un punto de vista humano, no desde el de Dios".

Entonces Jesús llamó a la multitud de gente que se había reunido alrededor para que se uniera a Él y a sus discípulos. "Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que dejar de ser egoísta, tomar su cruz y seguirme. Si tratas de aferrarte a tu vida, la perderás. Pero si renuncias a tu vida por mí, la salvarás".

¿Qué significa esto para nosotros? Significa que tenemos un Salvador, Jesucristo, que estuvo dispuesto a renunciar a todo para que podamos tener vida eterna. También significa que los que queremos ser sus seguidores debemos estar dispuestos a tomar nuestras propias cruces, dejar todo y seguirlo.

La cruz es mucho más que una pieza de joyería, una obra de arte o una decoración en un tejado. Es un recordatorio del gran amor de nuestro Salvador por nosotros y nuestra llamada a seguirle.

Dios, gracias por amarnos tanto que enviaste a tu Hijo a morir en una cruz. Como sus discípulos, ayúdanos a tomar nuestras cruces y seguirlo. En el nombre de Jesús, amén.