Baila con todas tus fuerzas

Estoy seguro que la mayoría de ustedes conocen y bailan la canción conocida como "Hokey pokey" (traducción libre).

Mano derecha adentro,
Mano derecha afuera,
Mano derecha adentro,
Y comiénzala a agitar
Baila el "hokey pokey"
Y comienza a girar
De esto se tratará

Después de hacer la canción con la mano derecha, harás la mano izquierda, luego el pié derecho, después el izquierdo, más tarde la cabeza y por último, y esto es la mejor parte, pondrás todo tu cuerpo. (Al decir harás el "hokey pokey" pondrás tus manos en alto mientras das la vuelta moviendo todo el cuerpo con entusiasmo. Imagínate a todo el mundo que está aquí bailando con todas sus fuerzas y podrás imaginarte lo que estaba ocurriendo en la lección bíblica de hoy.

En nuestra lección bíblica, el rey David y un grupo grande de hombres jóvenes estaban trayendo el arca del pacto de vuelta a Jerusalén. ¿Sabes lo que es el arca del pacto? Cuando oímos la palabra arca, generalmente pensamos en el barco grande que Noé construyó para salvar a su familia y a los animales en el momento de la gran inundación. El arca de la cual estamos hablando es una clase distinta de arca. El arca del pacto era una caja preciosa, grande, cubierta en oro. Dentro del arca estaban las dos piedras en las cuales Dios había escrito los 10 mandamientos, la vara de Aarón (el hermano de Moisés) y algunos pedazos de maná (el pan que Dios le dió a los israelitas en el desierto). El arca y lo que contenía eran símbolos de la dirección y protección de Dios para con los hijos de Israel y ellos lo llevaban consigo mientras caminaban por el desierto.

Durante una batalla en contra de los filisteos, se decidió llevar el arca al lugar de la batalla para que les diera buena suerte. Los filisteos ganaron la batalla y capturaron el arca. Ahora, después de muchos años, el arca regresaba. Al rey David entrar a la ciudad de Jerusalén, él y todo el pueblo de Israel se regocijó. La Biblia dice que David estaba bailando ante el Señor. No estaba bailando tímidamente. Puso todo su ser en el baile y bailó con entusiasmo, con todas sus fuerzas.

Cuando venimos a adorar, debemos seguir el ejemplo de David. No estoy sugiriendo que hagamos el "hokey pokey", pero cuando adoramos al Señor, debemos poner todo nuestro ser, nuestro entusiasmo y adorarle con todas nuestras fuerzas.

Amado Padre, le alabamos, te adoramos, nos regocijamos en Ti con todo nuestro corazón. En el nombre de Jesús oramos. Amén.