Cristo en Mí

Tenía que hacer un trabajo en la casa en una ocasión así que fui a la tienda y compré unos guantes de trabajo. No sé porque los llaman guantes de trabajo pues no hacen ningún trabajo. Mírenlos…son planos y sin vida. ¿Qué creen usted que se necesita para que estos guantes trabajen? ¡Eso es!! Tengo que poner mis manos dentro de los guantes. Ellos no harán nada hasta que ponga mis manos dentro de ellos.

Una vez ponga mis manos dentro de los guantes de trabajo ellos podrán hacer muchas cosas diferentes. Podrán martillar, rastrillar las hojas, usar la azada en el jardín. Podrán abrir puertas y levantar y cargar toda clase de objetos pesados. Desde luego, como sabrán, no son los guantes los que hacen el trabajo. Las que hacen el trabajo son las manos qie están dentro de los guantes...las mías.

Así mismo ocurre con el cristiano. El Apóstol Pablo lo explicó de esta manera: "...Ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí".

A veces pensamos que hacemos grandes cosas. En ocasiones nos vanagloriarnos de la cantidad de personas a las que le hemos hablado de Jesús o tal vez le decimos a otros cuánto trabajo hacemos en la iglesia. Podemos llegar a decir: "Miren, yo hago esto y hago lo otro…yo, yo, yo..."

¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Pensamos en la forma incorrecta! "...Ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí".

La próxima vez que pienses que has hecho algo grande recuerda los guantes de trabajo. Ellos no pueden hacer nada sin que haya unas manos dentro. Tú y yo no podemos hacer nada sin Cristo dentro de nosotros.

Querido Jesús, ayúdanos a recordar que fuera de tí no podemos hacer nada. Amén.