Tenemos el Espíritu

Hoy es el Domingo de Pentecostés. Es un día en que recordamos y celebramos un evento muy especial de los primeros días de la iglesia. ¿Sabe alguien lo que pasó que es tan importante? (Dele oportunidad a los niños para responder.) Bueno, busquemos en la Biblia y veamos lo que es Pentecostés.

Cuando Jesús le dijo a sus discípulos que iba al cielo, les prometió que le pediría al Padre que enviara a uno que les ayudara. Esa era una promesa maravillosa que Jesús le hizo a sus seguidores, la cual Pedro, Santiago, Juan, Andrés y el resto de los discípulos no estaban seguros de lo que significaba.

Después que Jesús ascendió al cielo, la Biblia nos dice que sus seguidores estaban reunidos en un lugar. Ellos estaban juntos para celebrar un festival llamado Pentecostés en el conmemoraban la ofrenda que los primeros frutos de su cosecha.

De momento, escucharon un sonido como una ráfaga de viento fuerte. Luego vieron lo que aparecía ser llamas de fuego sobre sus cabezas. Eso hubiese sido bastante maravilloso si hubiese sido lo único que pasara, pero no fue así. La Biblia nos dice que, después fueron llenos del Espíritu Santo y que comenzaron a hablar en otros idiomas. Todos podían entender lo que se decía sin importar el idioma que cada uno hablaba.

Esto es una historia increíble sobre la manera en que Dios envió al Espíritu Santo, ¿no es cierto? Lo que es realmente maravilloso es que el Espíritu Santo no vino de momento y se fue. El Espíritu todavía vive en los corazones de los seguidores de Cristo y que está con nosotros aquí hoy. El Espíritu Santo nos guía en las decisiones que hacemos diariamente. Él es el Consolador que calma nuestros temores y nos llena de esperanza. El Espíritu Santo nos habla a través de las Escrituras y nos ayuda a entender lo que leemos. El Espíritu Santo está para ayudarnos, así que escuchémosle y hagamos lo que nos dirige a hacer.

¡Esto es muy excitante! Creo que sería bueno para nosotros tener una celebración para agradecerle a Dios por enviarnos el Espíritu Santo. Tengo conmigo algunas tiras rojas, anaranjadas o amarillas para compartir con ustedes. ¿Tienen idea por qué escogí esos colores? ¡Así es! Esos colores representan el fuego que se veía sobre los seguidores de Jesús en ese día de Pentecostés. Cuando todos tengan "las llamas," vamos a celebrar moviéndolas sobre nuestras cabezas mientras cantamos "Tengo el Espíritu Santo en mi corazón". (Cantado con la melodía de "Yo tengo gozo".)

Padre Celestial, estamos agradecidos por enviar al Espíritu Santo a vivir dentro de nosotros y ser nuestro consolador, maestro y guía. En el nombre de Jesús oramos, Amén.