¿Es justo Dios?

"¡No es justo!" ¿Has oído alguna vez esas palabras? ¡Sé honesto! Tal vez tu hermano o hermana fue invitada a ir al cine con un amigo y tú no fuiste invitado. ¿Cuál fue tu reacción? "¡Eso no es justo! ¿Por qué no puedo ir yo también?"

Tal vez llegaste a tu casa, después de estar en la escuela todo el día, deseando ver tu programa de televisión favorito y tu mamá te dijo: "Podrás ver televisión cuando termines tus asignaciones (tareas)."

"¡Ay, mamá, eso no es justo! De aquí a que termine mis asignaciones, se habrá terminado el programa."

Cuando decimos "¡No es justo!" lo que generalmente queremos decir es que las cosas no están saliendo en la manera que deseamos o, que deseamos algo que otra persona tiene. Tengo una tarjeta en blanco para cada uno de ustedes. Deseo que la cojan y escriban en ella "No es justo cuando…" y terminen escribiendo algo que les haya pasado que crean que no fue justo.

En nuestra lección bíblica de hoy, Jesús contó la historia del dueño de un viñedo que estaba contratando obreros, para trabajar en el mismo. Él contrató algunos bien temprano en la mañana, algunos a mediodía y otros ya casi cuando terminaba el día de trabajo.

Cuando llegó el momento de pagarle a los trabajadores, le pagó a todos la misma cantidad. ¿Puedes imaginarte lo que dijeron los que fueron contratados temprano en la mañana? Así es, ellos se quejaron diciendo: "¡Oye, eso no es justo! Le pagaste a los que trabajaron solo una hora lo mismo que a nosotros que trabajamos todo el día."

El dueño del viñedo dijo: "No estoy siendo injusto contigo. Te he pagado lo que acordamos. ¿No tengo el derecho de hacer lo que deseo con mi propio dinero? ¿Sientes envidia porque soy generoso?"

La pregunta de hoy es esta: "¿Es justo Dios?" ¡Desde luego que lo es! ¿Pero, sabes algo más? La Biblia nos dice que Él es más que justo, ya que dice: "Este es el verdadero amor, no que amemos a Dios, sino que él nos amó y envió a su Hijo como sacrificio por nuestros pecados." ¡Tremendo! Eso no es justo, eso es amor.

Si recibiéramos lo que es justo, ninguno de nosotros iría al cielo. Estoy contento de que Dios no me da lo que es justo, sino que me da su amor y gracia, ¡a pesar de lo que merezco!

Padre, te damos gracias por ese amor grande que nos tienes y por el cual enviaste a tu Hijo para que recibiéramos la vida eterna. En su nombre oramos. Amén.