Sermon

Ora y no te rindas

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La parábola de la viuda insistente

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Scripture

Lucas 18:1-8

Sermon para niños: La parábola de la viuda insistente (Lucas 18:1-8)

Hoy les quiero dar una pegatina a cada uno de ustedes. Como pueden ver, la pegatina dice "Nunca te rindas". Antes de darles la pegatina, les voy a contar una historia que contó Jesús. Un día, Jesús contó una historia sobre una mujer que fue a ver a un juez.

¿Sabes qué hace un juez? (Permita que los niños respondan).

Un juez ayuda a las personas a saber lo que es justo. En la historia, Jesús dijo que la mujer le dijo al juez: "Hay un hombre que no está siendo justo conmigo. ¡Dame mis derechos!".

Al principio, el juez se negó a ayudarle, pero la mujer siguió pidiéndole ayuda. Finalmente, el juez dijo: "Esta mujer me está fastidiando. Me encargaré de que obtenga sus derechos, o me fastidiará hasta que me canse".

Cuando Jesús terminó la historia, dijo: "Aprende una lección del juez. El pueblo de Dios clama a él noche y día. Dios siempre les dará lo que es justo, y no tardará en responderles. ¡Les digo que Dios ayudará a su pueblo con prontitud".

¿Alguna vez te has encontrado en una situación tan difícil que solo querías rendirte? Tal vez estabas teniendo problemas con tu trabajo escolar. Tal vez usted y un amigo tuvieron un desacuerdo y simplemente no pudieron resolverlo. O tal vez uno de tus compañeros de clase siguió siendo desagradable contigo. (Dé tiempo para que los niños compartan).

Lo que Jesús quiere que aprendamos de esta historia es que Dios, nuestro Padre Celestial, nos ama y quiere hacer cosas buenas por nosotros. Quiere lo mejor para nosotros y, en su sabiduría, sabe lo que es mejor.

Pero no olvides que a Dios le gusta que le pidamos no solo una vez, sino una y otra vez. No quiere que pidamos una vez y nos demos por vencidos.

Entréguele a cada niño una pegatina de "Nunca te rindas".

Espero que hoy lleves tu pegatina para que recuerdes que debes pedirle a Dios que te ayude cuando tengas un problema que te haga querer rendirte.

Orar: Gracias, Dios, porque escuchas nuestras oraciones. Por favor, ayúdanos a orar y a no rendirnos nunca. En el nombre de Jesús, amén.